Design Thinking: Una herramienta estratégica para las Pymes

2013 es el Año de la Innovación, al cual estamos todos invitados a participar con entusiasmo, compromiso e inspiración. Pero ¿cómo desarrollar la creatividad y más encima que beneficie a nuestras Pymes? Diego Rodríguez nos habla del Design Thinking (DT), la tendencia en innovación que en Chile ya se instaló en el mundo de negocios.

El Design Thinking o denominado también como pensamiento del diseño constituye un sistema que facilita una cultura de innovación y la solución de problemas, centrando la atención en los usuarios. De esta forma, Diego Rodríguez, Ingeniero Comercial, Magister en Diseño Estratégico y Gerente de Consulting Design, define a esta corriente que nació en la Universidad de Stanford y en la consultora IDEO (Estados Unidos), la cual ha sido implementada en empresas tales como General Electric, LG, Procter & Gamble, además de diversos centros de estudios. Ahonda en que la idea es pensar como diseñadores, utilizando la manera en que éstos abordan la solución de problemas, conectando de mejor forma con las necesidades y deseos de los consumidores.

En qué ayuda el Design Thinking a las Pymes

Rodriguez explicó que es un sistema que puede tener impacto en todos los aspectos de una Pyme, ya sea en mejorar la productividad, la calidad de productos y servicios, la reducción de costos, la efectividad de los procesos de trabajo o ya sea en la realización de un proyecto puntual o en toda la planificación estratégica del año. “Al centrar su foco en los usuarios, facilita comprender el cómo y el porqué de un determinado fenómeno. Por medio de realizar preguntas o imaginar escenarios, los equipos pueden mejorar un proceso productivo, redefinir el diseño de un producto o servicio, impactando la calidad del mismo; o bien mejorar un proceso de trabajo, diseñando el proceso de acuerdo a las necesidades de innovación de la empresa”, explayó el profesional.

Rodríguez dijo que el DT en principio tiene que ver con la forma en que trabajan y piensan los profesionales del mundo del diseño transferido a un equipo multidisciplinario que buscan solución a problemáticas en forma colectiva. Por ejemplo, del quehacer del diseño se toma procedimientos como la observación en terreno, la conversación con la gente, la reflexión de los problemas, el uso de prototipos y la experimentación, haciéndose preguntas como ¿en qué vamos a innovar?, ¿qué necesitan nuestros usuarios?, ¿cómo mejorar el servicio hacia ellos?, ¿cómo será el mercado en 5 años más? “Esto significa que metodológicamente estamos hablando de un trabajo intensivo en creatividad. Pero no es por arte de magia, sino que requiere de un conjunto de experiencias, conocimientos y relaciones mentales, necesarias para conectar y vincular conceptos, usuarios, productos y servicios. Por otra parte, hay bastantes métodos provenientes de las ciencias sociales, hay mucho de ensayo-error. Darse el espacio para fallar, aprender del fracaso y retroalimentar el proceso. Hay que tener en cuenta que esto es innovación por diseño centrada en el usuario, o sea personas y toda la complejidad que esto implica”, detalló el especialista.

El sistema se constituye de tres aspectos claves. “Primero, un equipo humano multidisciplinario, con aptitudes y actitudes proclives al trabajo en equipo, es decir, estamos hablando de colaboración, empatía, exploración y resultados”. Segundo, un espacio creativo desestructurado, adaptable, que se pueda configurar a las necesidades de cada proyecto. Tercero, un proceso que va desde la divergencia, búsqueda de comprensión del usuario y la prueba de muchas ideas, pasando por ‘prototipados’ rápidos y la validación en terreno de las soluciones hasta la convergencia en soluciones finales, que articulan modelos de negocio, productos y servicios innovadores”, manifestó Rodríguez.

Design Thinking en el territorio

Diego Rodríguez comentó que con su empresa Consulting Design han trabajado en propuestas tales como las que dan solución a las necesidades de localidades, sus empresas y organizaciones. Un caso específico son las marcas territoriales con fines turísticos, las que se han desarrollado desde una metodología de diseño participativo. “Primero nuestro equipo se despliega en terreno para registrar y conocer el área, sacamos fotografías, filmamos, entrevistamos a los habitantes. En una segunda fase, juntamos a los diversos actores de un territorio, como empresarios, municipios, ejecutivos de fomento productivo, entre otros y les hacemos ver esta información para luego solicitarles que describan los identificadores y diferenciadores del territorio. Esta información luego es procesada por nuestro equipo, que inicia un proceso de diseño gráfico, elaboración de la narrativa y visualización de la aplicación de la comunicación en diversos soportes. El resultado ha sido marcas territoriales que interpretan a los habitantes y a los diversos actores locales”, explicó Rodríguez. En este contexto, destacó que “el Design Thinking permite realizar una Construcción Colectiva de Consensos, llamada también 3C o Triple C, lo cual potencia a los participantes y puede ser muy beneficioso para trabajar proyectos que impliquen la asociatividad”.

El año de la innovación en Chile

Ante la consulta de qué forma el Design Thinking podrá entrar en acción en el 2013, Rodríguez comentó que espera que sea el puntapié inicial para que más empresas comprendan el imperativo de la innovación, tendiente a generar ventajas competitivas duraderas. “Creo que el Design Thinking debería instalarse en el discurso de las empresas medianas y grandes, desde una mirada estratégica y corporativa, es decir, como un factor establecido a nivel cultural en la organización. Por otra parte, para las micro y pequeñas empresas, es necesario que las instituciones de fomento productivo desarrollen una política pública e instrumentos específicos, con el fin de que usen el Design Thinking”.

Referente a cómo las Pymes pueden promover más la creatividad en el contexto del Design Thinking, Rodríguez puntualizó que “es necesario que sus equipos se entrenen en esta particular forma de innovar; que el dueño o gerente general esté convencido que este sistema es una palanca para la innovación, contratando a un diseñador estratégico en un rol directivo o a lo menos aliarse con una empresa consultora que facilite un proceso de innovación, dejando instaladas las competencias necesarias, con el fin de llevar a cabo esta tarea sistemáticamente. Las Pymes pueden desarrollar la creatividad y la innovación, sólo deben atreverse”, culminó.

Por Broker Market Comunicaciones

Fuente: PROPYME CHILE

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